La derrota del bloque fundamentalista neoliberal, representado esta vez por su candidato Herminio Blanco al puesto de Director de la OMC, parece reconfirmar la tendencia de ligero cambio de la correlación de fuerzas a favor del multilateralismo.
La elección mayoritaria del embajador brasileño Roberto Carvalho de Azevedo es un triunfo de la coalición emergente de los poderes globales de los BRICS y de muchos más países de América Latina, África, Asia y Oceanía. Si, pero la victoria del embajador brasileño también es la derrota, de manera inmediata, de la vieja alianza de EUA-UE y Japón.
Aún más, el triunfo del candidato de los BRICS a la OMC también parece ser señal del debilitamiento de la propuesta neoliberal de la maniobra política de plurilateralismo, consistente en tirar a la basura reglas tan elementales del derecho internacional como lo es el multilateralismo, en donde todo país vale un voto y lo mismo que las grandes potencias.
Y no menor victoria la del candidato brasileño haber superado toda las maniobras de pseudo argumentación “objetiva” de los dueños de las agencias financieras y de medios, que contrastaron la cantidad de tratados neoliberales firmados por el gobierno Mexicano con la escases de acuerdos firmados por Brasil, de los supuestos riesgos de la economía brasileña, frente a los falsos indicadores de paraísos fiscales y financieros de México, y mucho más baratijas ideológicas que repartieron por el mundo apoyando a su candidato neoliberal.
¿Modelos o matices?
Aunque las agencias trasnacionales les ha gustado maniobrar como si fuera una pelea de box entre dos peleadores, y el derrotado y el ganador sean personas y no representantes de una batalla política mayor, los entretelones que empezamos a conocer nos hablan de algo mucho más serio.
Mientras el candidato neoliberal fue promocionado fuertemente en la pasada Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile por el presidente de México, semanas más tarde, la Presidenta de Brasil buscó el apoyo de los BRICS, de los gobiernos latinoamericanos cercanos a UNASUR, e incluso a los presidentes africanos en su gira del pasado mes de febrero.
En tanto que , mientras el candidato neoliberal a la OMC alardeaba que sus credenciales de principal ex_negociador del TLCAN y otros acuerdos eran garantía de confianza ( de Carlos Salinas y demás neoliberales, añadimos nosotros), el candidato brasileño simplemente declaraba « Pienso que soy -persona- confiable para todas las partes miembros de la mesa de negociaciones » de la OMC, no sólo de los viejos poderes volvemos nosotros a añadir.
La victoria del respetable embajador brasileño ante la OMC, que muchas organizaciones sociales aplaudimos, abre la posibilidad de mejores condiciones de negociación verdaderamente multilateral para un comercio donde la agenda de desarrollo de la mayoría de los países explotados sea tomada en cuenta y cumplida (formalmente es la Ronda de Doha).
Sin menos cabo de lo anterior, esta primera victoria es apenas una batalla de una larga guerra contra la ideología y la política neoliberal del libre comercio. Para los mexicanos que no hemos bajado la guardia desde hace 20 años luchando contra el neoliberalismo y por una patria o matria justa, la derrota del candidato neoliberal es una buena señal. Es señal y símbolo de que la continuidad inmisericorde de la política neoliberal del actual gobierno mexicano y sus socios, carece también de aprobación por parte de la mayoría de gobiernos y pueblos del mundo.