Aller au contenu

HAITI NECESITA SOLIDARIDAD Y AYUDA HUMANITARIA, NO MÁS OCUPACIÓN MILITAR.

Source: ORGANIZACION DE SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS DE AFRICA, ASIA Y AMERICA LATINA

26 de enero de 2010/ No. 60

English version below

La tragedia que sufre el pueblo haitiano conmueve los sentimientos de todas las personas en cualquier parte del mundo. Las imágenes que nos llegan a través de los medios de comunicación, son terribles. El saldo provisional de los daños, aún citados en frías cifras, ofrece alguna magnitud de la situación:


-Más de 100 mil muertos según las autoridades haitianas, que no descartan se incrementen hasta llegar a 200 mil.

-Unos 250 mil heridos.

-Un millón y medio de personas sin hogar.

Y ello, sobre una población que ya vivía en un 78% por debajo de la línea de pobreza, en un territorio devastado por huracanes, inundaciones y deslaves, con tierras agotadas y deforestas, y sobre todo, por siglos de explotación colonial e imperialista.

Si, porque la tragedia reciente, recayó sobre una tragedia histórica. Haití, desde comienzos del siglo XIX cuando esclavos negros y mulatos tuvieron la osadía y cometieron “el pecado” de derrotar a las tropas colonialistas francesas -por supuesto blancas-, y declarar la primera independencia en América Latina, fue maldecido por el Dios del capital y del mundo occidental desarrollado, que perdió una rica y productiva colonia que abastecía a Europa del 60% del café y el 40% del azúcar que consumía. Por ello el pueblo haitiano fue castigado­­; sometido a aislamiento y debió pagar altas indemnizaciones impuestas, que lo empobrecieron.

Estados Unidos ocupó militarmente el país en 1915 con el pretexto de asegurarse el pago de deudas y allí estuvo hasta 1934. El Secretario de Estado por entonces, Robert Lansing, justificaría la intervención diciendo: “la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, tiene una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización.” Dejó garantizados sus intereses en manos de la Dinastía Duvalier que lo administró siguiendo orientaciones de Washington durante otros 30 años.

Ahora de nuevo se repite la historia, pues según las autoridades estadounidenses, los haitianos son incapaces de instaurar el orden y la seguridad necesarias para ayudar a superar los efectos del terremoto, por tanto deben ocupar militarmente el país y para ello están desembarcando 16 mil marines, controlan el aeropuerto capitalino, el puerto y otros puntos estratégicos, al tiempo que desatan una campaña mediática consistente en la creación de una imagen de caos y violencia, que justificaría la ocupación ante la opinión pública.

La OSPAAAL, en su objetivo de promover la solidaridad entre los pueblos de Asia, África y América Latina, reitera sus sentimientos solidarios con el hermano pueblo de Haití, llama a todas las fuerzas progresistas y amantes de la paz a colaborar en la reconstrucción de un nuevo país libre de ocupación militar extranjera y denuncia los planes imperiales de imponer un orden dictatorial como ya hizo en la triste época de los Duvalier y los Ton Ton Macoute.

¡El pueblo haitiano necesita ayuda humanitaria y apoyo para su desarrollo independiente, no ocupación militar!

HAITI NEEDS SOLIDARITY AND HUMANITARIAN AID, NOT ANY MORE MILITARY OCCUPATION

The tragedy being endured by the Haitian people moves the feelings of all persons in any part of the world. The images we receive through the mass media are terrible. The provisional balance of the damage, even if only quoted in cold figures casts some light on the scope of the situation.

-Over 100,000 deceased, according to Haitian authorities, who do not rule out the possibility that they might reach 200,000.

-Some 250,000 wounded.

-One and a half million homeless.

All this upon a population already under the line of poverty by 78%, in a territory devastated by hurricanes, floods and landslides, with exhausted and deforested lands and, above all, having endured centuries of colonial and imperialist exploitation.

Indeed, the recent tragedy fell upon a historical mishap. Since the early 19th century, when black and mulatto slaves were so bold as to “commit the sin” of defeating the French-naturally white-colonialist troops and declare the first independence in Latin America, a curse was cast on Haiti by the God of capital and of the developed western world, which lost a rich and productive colony that furnished Europe with 60% of the coffee and 40% of the sugar it consumed.

For that reason the Haitian people was punished, submitted to isolation and forced to pay high compensations that impoverished it.

The United States carried out a military occupation of the country in 1915 with the pretext of ensuring the payment of debts, remaining there until 1934. The State Secretary at the time, Robert Lansing, justified the intervention saying: “The black race is incapable of governing itself; it has an inherent trend to wild life and a physical incapacity for civilization”. The United States made sure that their interests would be safe by leaving them in the hands of the Duvalier dynasty, which managed them for the next 30 years following Washington’s directives.

History repeats itself now, since, according to U.S. authorities, Haitians are incapable of establishing the necessary order and security in the country to help overcome the consequences of the earthquake. Therefore, they must occupy the country militarily and for that purpose they are disembarking 16,000 marines, took over control of the airport in the capital and of the port and other strategic points, while at the same time unleash a media campaign aimed at creating an image of chaos and violence that would justify the occupation in the eyes of public opinion.

In its purpose to promote solidarity between the peoples of Asia, Africa and Latin America, the OSPAAAL renews its supportive feelings with the brotherly people of Haiti, calls upon all progressive forces and lovers of peace to collaborate in the reconstruction of a new country, free from foreign military occupation and denounces the imperial plans of imposing a dictatorial order as it already did in the sad period of the Duvaliers and the Ton Ton Macoutes.

The Haitian people need humanitarian aid and support for its independent development, not military occupation!