A todos los pueblos de Nuestra América A la opinión pública
nacional e internacional
En abril del año pasado, el IV Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA que celebramos aquí mismo en La Habana, nos convocó a los movimientos sociales de todo el continente a unirnos en la realización de la III Cumbre de los Pueblos para encarar la nueva Cumbre Presidencial de las Américas a realizarse en Mar del Plata. Allí, las jornadas de resistencia popular, unidas a la voluntad política de algunos gobiernos, consiguieron bloquear la agenda de los EEUU y el intento de revivir el ALCA.
De esta manera, el proyecto hegemonista norteamericano sufrió una nueva derrota y ha quedado paralizado. La campaña continental contra el ALCA brindó un significativo aporte en esta batalla. Hemos mostrado así la capacidad de los movimientos sociales para hacer realidad las acciones que nos proponemos.
En este V Encuentro, las delegadas y los delegados
representantes de diferentes redes y campañas continentales, al mismo tiempo que celebramos esta victoria, reafirmamos nuestro compromiso por continuar luchando contra el libre comercio en todas sus expresiones. Esta lucha tiene hoy día un escenario decisivo en el enfrentamiento a las negociaciones y firmas de TLCs en varios países del continente. Resaltan las resistencias de los pueblos de Ecuador, Perú y Costa Rica que han logrado trabar esas negociaciones.
Igualmente denunciamos y nos oponemos activamente a la OMC,
institución que generan las normativas y definen las políticas del libre comercio en el mundo, donde se hace avanzar la agenda de las trasnacionales en contra los intereses de los pueblos. Por otro lado, denunciamos y combatimos el resurgimiento del neocolonialismo europeo en su tentativa de imponer una agenda neoliberal en nuestra región que favorece exclusivamente a sus trasnacionales.
El libre comercio y la acción de las trasnacionales están
homologando hacia abajo las condiciones laborales en todo el mundo, fomentando la competencia entre trabajadores y
trabajadoras norte-sur y sur-sur para ver quien trabaja más
por menos. Tenemos que fortalecer la solidaridad entre los
trabajadores como única forma de romper este chantaje.
En general estamos ante un ascenso de la resistencia popular en América Latina contra estas políticas.
Inclusive en los Estados Unidos se ha despertado una ola de
movilizaciones masivas de los emigrantes que se enfrentan al intento de criminalizarlos y acentuar la discriminación de que son víctimas, y por defender sus derechos civiles y laborales, en definitiva sus derechos como seres humanos. La migración a la que se están viendo obligados grandes grupos de población en todo el continente es consecuencia del modelo económico neoliberal y de libre comercio que padecemos todos. La reivindicación de sus derechos es también nuestra reivindicación, de todos y todas, por una sociedad más justa económica y socialmente en todas las Américas.
Este ascenso de las luchas populares está permitiendo en
América Latina la llegada de gobiernos surgidos de plataformas políticas que tratan de oponerse a la hegemonía de Estados Unidos, lo que contribuye al cambio de la correlación de fuerzas que favorece la oposición al consenso de Washington.
Esto nos sitúa en un nuevo escenario donde existen mejores
condiciones para, junto a la resistencia a los planes del
imperialismo, avanzar en la construcción de alternativas cada vez más viables. Para ello, debemos estar abiertos a un diálogo fructífero, en pie de igualdad y respeto, entre los movimientos sociales y aquellos gobiernos que estén
verdaderamente comprometidos con los intereses populares.
Hoy se viene desarrollando ya la Alternativa Bolivariana para las Américas ( ALBA), promovida por Venezuela y Cuba, que se viene concretando en importantes proyectos como la operación Milagro, los programas de alfabetización en varios países del continente y acuerdos como el de Petrocaribe. Asi mismo ha surgido la iniciativa de los Tratados de Comercio de los Pueblos (TCP) impulsados por el presidente boliviano Evo Morales (participante de nuestros anteriores encuentros). Tales alternativas de integración, deben contar cada vez más con los aportes de los movimientos sociales.
En esta construcción de alternativas concretas destaca la
importancia del tema de la energía como uno de los ejes de los procesos de integración. Todos estos temas serán la materia de nuestro trabajo durante la próxima Cumbre Social por la Integración de los Pueblos, que realizaremos en Santa Cruz, Bolivia, durante el próximo mes de septiembre.
En la búsqueda de alternativas no puede estar ausente la
necesidad ineludible de acabar con el flagelo de la deuda
externa que es usado por las grandes potencias e instituciones financieras internacionales como un instrumento de chantaje para disciplinar a nuestros países. Debe prevalecer la idea justa de que somos acreedores y no deudores.
Estos nuevos escenarios significan una nueva etapa, en la que los movimientos sociales debemos pensarnos más a la ofensiva, y que a la vez nos exige reforzar la articulación y cohesión de nuestras acciones. Debemos lograr no sólo identificar la agenda que nos resulta común sino además integrar las diversas agendas nacionales y sectoriales como espacios reconocidos también de lucha de todos y todas. La agenda del movimiento social frente a los nuevos retos y escenarios es muy amplia y diversa.
Nuestros objetivos contemplan la lucha contra el
neoliberalismo en todas sus expresiones e incluye la
superación de la cultura patriarcal y las diferentes formas de discriminación por género, identidad y orientación sexual; contra mujeres, jóvenes, pobres, indígenas, afrodescendientes e inmigrantes. Dentro de estos objetivos la dimensión jurídica ocupa un papel importante en la defensa de los derechos fundamentales de la humanidad.
Asimismo la defensa de la naturaleza y la biodiversidad, los recursos genéticos y el conocimiento popular son parte
esencial a nuestra resistencia a la destrucción neoliberal.
Defender la tierra y democratizar su propiedad, impulsar la
reforma agraria, así como garantizar la soberanía alimentaria, constituyen componentes básicos de nuestra agenda. En este terreno es necesario continuar impulsando y defendiendo la economía solidaria y la producción local sustentable.
La resistencia a la ofensiva de las corporaciones
trasnacionales por privatizar los recursos estratégicos de las naciones y mercantilizar derechos públicos básicos como la educación, la salud y la seguridad social, y sobre todo hoy el vital derecho al agua, seguirá siendo un motor de nuestras acciones comunes, así como la defensa de las culturas de nuestras naciones.
Un eje central de nuestra acción es el combate contra la
militarización y la política de seguridad del gobierno de
los Estados Unidos que está asumiendo formas graves de
expresión en nuestra región. Ese gobierno impulsa una visión que mezcla argumentos de combate a la piratería, al lavado de dinero, al narcotráfico, al terrorismo internacional, al contrabando, etc. que busca en realidad someter las políticas de seguridad de nuestros países a una orientación y comando definidos en Washington. Esto es lo que está en curso, por ejemplo, en la Triple Frontera (Argentina, Brasil, Paraguay) y en la implementación del TLC plus, conocido como Alianza para la prosperidad y la seguridad de América del norte (ASPAN). Una muestra también lo constituye la toma de las universidades por las fuerzas represivas.
La mentalidad militarista de la actual administración
norteamericana puede inducir al incremento de sus acciones
intervencionistas en nuestros países, sobre todo en aquellos donde los sectores populares comienzan a tener sus mayores éxitos, incluido el acceso al poder estatal por lo que debemos mantenernos alertas para oponer con toda energía nuestro potencial movilizador y de combate frente a tales acciones. Pero en el combate contra la dominación imperial y el neoliberalismo no se nos escapa que lo fundamental es ganar la guerra por la conciencia de la gente, librar la batalla de las ideas. En esa tarea es particularmente importante vincular el pensamiento de los intelectuales a las propuestas de los movimientos sociales en la lucha por la emancipación de la humanidad. Y ganar la guerra por la conciencia de la gente pasa necesariamente por construir visiones y alternativas en los ámbitos de la comunicación, la información, la educación, el pensamiento y la cultura que logren contrarrestar los aparatos y mecanismos de comunicación y cultura que están al servicio del pensamiento hegemónico. Las luchas estudiantiles por la democratización de las universidades y contra la mercantilización de la educación constituyen expresiones de
enorme importancia en estos empeños.
Las redes, campañas y movimientos sociales de todo el
continente americano salimos de este V Encuentro con la firme decisión de que es indispensable llevar nuestra unidad de pensamiento y acción a niveles superiores que estén a la altura de las amenazas y desafíos que encaramos tanto en la resistencia como en la construcción y defensa de nuestras alternativas. La tarea de continuar abriendo nuevos horizontes comienza desde hoy mismo.
Nos reencontraremos en La Habana, los próximos 3 a 5 de mayo de 2007, en el VI Encuentro Hemisférico de movimientos y redes que luchan contra el ALCA y el libre comercio.
Hasta la Victoria Siempre.
Otra América es posible
La Habana, 15 de abril de 2006