ALAI-AMLATINA 18/12/2005, La Paz. El pueblo boliviano ha dado una ejemplar muestra de ejercicio ciudadano: en las ánforas otorgó el triunfo electoral con un porcentaje superior al 50% al candidato del Movimiento al Socialismo.
Evo Morales es el nuevo presidente de Bolivia y asumirá sus
funciones el próximo mes de enero de 2006, sin pasar por el
tamiz de una elección congresal que caracterizó los
procesos electorales de las dos últimas décadas. El modelo
político que garantizaba la gobernabilidad boliviana con
base en pactos y cuoteos políticos del poder, ha sufrido un
histórico jaque mate.
Se abren nuevos horizontes y el modelo político, hoy
colapsado, está tomando de su propia medicina.
Un simpatizante del MAS dijo en Cochabamba: “siempre hemos
votado, pero nunca elegimos, hoy hemos elegido”; un
analista señaló que “las mayorías desilusionadas por las
representaciones políticas hoy decidieron representarse a
si mismas”.
Se trata de una nueva gobernabilidad basada no sólo en el
ejercicio del voto sino en la proyección efectiva de una
novedosa e inédita representación política que asegura
principalmente una cadena de control social.
Mandar obedeciendo
El nuevo presidente boliviano ha dicho “para nosotros se
trata de mandar en Bolivia obedeciendo al pueblo” y esta es
una expresión de compromiso que puede marcar la diferencia
con la democracia de pactos que olvidaban al ciudadano, que
hacían tabla rasa del elector y que echaban al olvido el
mandato popular.
Los movimientos sociales han construido surco a surco la
nueva voluntad que hoy impone el cambio en Bolivia. Y ellos
aseguran nuevas rutas para el presente y el futuro de un
país que demuestra al continente y al mundo que los
desposeídos son capaces de cambiar su propia realidad aún
frente a un sistema político que históricamente les ha
negado tal derecho.
Y el propio congreso de la república, al margen de las
apretadas diferencias o limitadísimas supremacías tendrá
que aceptar también la nueva realidad, que ya tuvo que ser
reconocida por los candidatos de la derecha perdedores de
la contienda electoral cuando las cifras indicaban que ni
aún sumando sus votos se acercaban a los resultados
alcanzados por Evo Morales.
Jaque al neoliberalismo
A la derrota política del sustento neoliberal deberá
sobrevenir en adelante un proceso que mantenga en jaque al
neoliberalismo en materia económica. El desafío del MAS es
convertir en realidad la propuesta programática de la
Bolivia Digna, Soberana y Productiva. El nuevo patrón de
crecimiento basado en la nacionalización de los
hidrocarburos, la solución del problema de la tierra y la
eliminación de los latifundios improductivos, la
eliminación de la prebenda y la corrupción, la austeridad
estatal, la soberanía nacional, la educación y la cultura,
entre otros aspectos, esperan decisiones políticas que se
traduzcan en un plan de acción inmediata que tendrá que
cristalizar en la refundación de la república boliviana a
través de la Asamblea Constituyente.
Las expectativas son grandes pero las esperanzas las
superan en amplitud. Cientos de observadores
internacionales dan fe de la decisión y del comportamiento
ejemplar de los movimientos sociales y de la ciudadanía que
hoy ratificaron su decisión de cambiar la historia. Los
vilipendiados de siempre y amplios sectores de la clase
media dieron su fallo a favor del cambio. ¡Bolivia cambió!