Hace exactamente nueve años, el 1ro de junio de 2004, las tropas militares de la MINUSTAH, la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, invadían ese país hermano bajo el pretexto de una supuesta “estabilización” que nunca llegó. Todo lo contrario.
En lugar de mejorar la situación generada por el golpe de Estado de 2004, la MINUSTAH aumentó los niveles de violencia para un pueblo despojado de todos sus derechos, conteniendo la opresión de un sistema basado en el trabajo semi-esclavo, el desempleo del 70% de la población económicamente activa y salarios infrahumanos.
En vez de promover la paz, las tropas de la ONU cometen violaciones sistemáticas a los derechos humanos esenciales de la población e importaron el cólera, enfermedad que hasta ahora ha dejado más de 8.000 muertos y enfermado a más de 600.000 personas. Expresamos nuestra especial indignación frente a la actitud de la ONU que ha preferido evocar la inmunidad de sus tropas a fin de rehusar cualquier indemnización a las familias de las víctimas directas y la reparación de los inmensos daños causados al país.
Por donde se lo mire, es inconcebible seguir sosteniendo que la MINUSTAH – militares y policías que provienen en gran medida de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú, Uruguay- deben permanecer en Haití.
En 2011, el Senado haitiano votó por unanimidad el retiro de las tropas de la MINUSTAH para el año 2012. Los ministros de Defensa de los países de la UNASUR señalaron la necesidad de reducir la presencia de sus tropas y establecer un plan de retiro en junio de 2012, aunque este compromiso ha quedado solo en palabras. Las organizaciones haitianas han realizado innumerables manifestaciones masivas contra la presencia de la MINUSTAH, incluyendo funerales simbólicos en Petite Riviére de l’Artibonite y Puerto Príncipe en octubre 2011. Acciones judiciales están en curso contra la ONU por la intromisión del cólera y un conjunto de asociaciones llamado Kolektif òganizasyon pou dedomaje viktim kolera yo trabaja sin descanso al respecto para hacer justicia.
La MINUSTAH lamentablemente ha fracasado con respecto a los objetivos establecidos por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. O mejor dicho, el único objetivo que cumplió fue el de ocupar militarmente ese país al servicio de intereses que no son los del hermano pueblo haitiano.
Su presencia responde a una política que priva el pueblo haitiano de su ciudadanía, sus servicios públicos, su tierra, sus bienes naturales. Está además claro que la MINUSTAH no podría mantenerse, sin el apoyo militar y diplomático de Canadá, Estados Unidos y Francia, siempre al servicio de sus corporaciones y los acuerdos de libre comercio e inversión que las favorecen. Por eso, el Senado haitiano también votó contra la entrada de dos multinacionales mineras de EE.UU. y Canadá que hoy están saqueando ricos yacimientos de oro, cobre y plata en Haití “la pobre”, bajo la protección de la MINUSTAH.
Haití no debe ser más el laboratorio de la economía y la “seguridad” neoliberal, políticas que han hecho además de la deuda, un arma adicional contra los pueblos como vivimos en toda nuestra América, el Sur global y ahora también en Europa.
Haití no necesita tropas militares, ni de la MINUSTAH ni de ningún otro país.
Haití necesita el reconocimiento de su dignidad, su potencial y derecho a la autodeterminación, como todo pueblo.
Descargar el documento completo de la Campaña de solidaridad con Haití por el retiro de las tropas de la MINUSTAH en PDF: dossier-haitc3ad-1-06-132.pdf